Más de una vez, una persona que ha comprado un extracto ha vuelto para devolverlo porque su aspecto es diferente al que está acostumbrado y piensa que se ha echado a perder. Pero en realidad no es cierto. Cada extracto depende del momento de recolección, del estado de la planta e incluso de las agresiones que la planta ha tenido que soportar antes de ser recolectada ya que esto influye considerablemente en el color, en la presencia de algunas sustancias como los flavonoides, o el jasmonato, en la textura… y es lógico que ningún extracto se parezca a otro.

En la alquimia con plantas, además influyen más factores que hacen que los resultados sean distintos entre si: el factor astrológico, los procesos alquímicos e incluso el factor de integración con lo espiritual.  La alquimia fue desarrollada con mayor extensión en un tiempo obviamente cristiano. Pero es la simbiosis con el Cosmos o lo espiritual el que influye en la elaboración de elementos alquímicos siendo el extracto el más representativo de la alquimia vegetal.

El proceso de elaboración de un extracto es por tanto personal e intransferible, es una experiencia donde el alquimista es el cocreador de la materia divina y por tanto es previsible que el color y la textura se vea todavía más aleatoria.

Los fabricantes de los extractos comerciales buscan sin éxito la homogeneización y logran  un margen más estrecho pero es el alquimista quien experimenta la magia del material con el que trabaja.

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