Las velas de masaje son, como su nombre indica, una vela con su mecha, que al encenderla se utiliza la cera que se va derritiendo para aplicar sobre la piel con el fin de dar un masaje con calor. Esto no se puede hacer con una vela normal porque, para que la cera de una vela normal se vuelva líquida, necesita un punto de fusión a una temperatura más elevada y, por lo tanto, nos quemaríamos y ese, obviamente, no es el objetivo.

Así que ya sabemos cuál es el principal ingrediente que necesitamos para hacer una vela de masaje que consiste en una cera que funda a una baja temperatura. La cera que se utiliza para estos fines es la cera de soja, una cera que se extrae, o más bien dicho se fabrica, a partir de la soja ya que no es exactamente una cera natural sino que se utiliza para su elaboración, la solidificación del aceite de soja mediante el proceso de hidrogenación. Sí, es una grasa trans pero afortunadamente no es para comérsela. Sospecho que una alternativa natural podría ser la manteca de cacao. La manteca de cacao es bastante dura y fusiona simplemente con la temperatura de la piel, lo que supone que se pueda utilizar con este fin pero existe el riesgo de que se caliente demasiado rápido y podamos quemarnos… es cuestión de hacer una pequeña prueba.

Cómo se hace

Como sabes, hay dos formas de hacer velas. Una de ellas es por inmersión y la otra con recipiente o molde. En el libro «Los remedios de Tisanas de mi Abuela» te explico cómo se hacen las velas por inmersión. Hoy te voy a explicar cómo se hace en recipiente.

Herramientas:

Necesitarás una mecha preferiblemente de algodón.

Un tarro de cristal grueso capaz de aguantar el calor

Cera de soja

Aceites esenciales para hacer el masaje

Un calentador de leche (es el aparato que mejor funde la cera pero si no tienes, te explico cómo hacerlo a continuación).

Modo de hacerlo:

Antes que nada, debes fundir la cera de soja hasta que se vuelva líquida. Si no tienes un calentador de leche, entonces hazlo al baño maría y a fuego lento. En un cacito con agua, pones encima un bol con la cera. Debes ponerlo a fuego muy lento. Si tienes vitrocerámica, ponlo en 5 y si tienes fuego de gas, reduce la llama hasta justo antes de extinguirse. Deja que se vaya calentando poco a poco, sin prisa (puedes aprovechar para tomarte una infusión de menta poleo, por ejemplo).

Una vez que está completamente líquida la cera de soja, sumergimos la mecha dentro de la cera y sacamos la mecha esperando que se seque. Cuando se seque, la colocamos en el tarro con ayuda de un lápiz o palillo sobre el que enrollamos el extremo de la mecha que va a quedar fuera. Más o menos como en la foto:

Antes de verter la cera sobre el vaso hay que añadir los aceites esenciales pero asegúrate de que has apagado el fuego porque, de lo contrario se evaporan los aceites esenciales . Hay muchos aceites esenciales con distintas propiedades pero hay concretamente dos que no deben faltar en nuestras velas de masaje: el aceite esencial de lavanda y el aceite esencial de romero.

La lavanda tiene un efecto relajante sobre las personas a las que le aplicamos sobre la piel una base como es la cera de soja templada y es que le va a ayudar a relajar músculos, a sentirse bien, a abandonarse al tratamiento manual… por tanto es una gran ayuda para el terapeuta.

El romero es un antiinflamatorio natural que alivia el dolor y todos llevamos con nosotros dolores musculares, contracturas, cargas emocionales sobre la espalda que se convierten en dolor, articulaciones inflamadas… el aceite esencial de romero es el gran remedio para estos dolores aplicándolo sobre la zona, junto con el calor de la cera caliente.

 

Cómo se usan las velas de masaje

La verdad es que no tiene mucha ciencia. Basta encender la cera de masaje y en cuando se derrite la soja, frotar sobre las manos el líquido para atemperarla un poco y aplicar sobre la zona a masajear. Es muy importante que no dejes calentar mucho la cera ya que podrías quemarte. En cuanto se derrite, se usa y nada más.

Si te ha gustado este remedio hay muchísimos más en este libro: