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El diente de león es una planta muy común y sin embargo muy generosa. Los labriegos las arrancan porque entran dentro de esas plantas silvestres que invaden los campos y que son consideradas «malas hierbas». Sin embargo, no sólo no es una mala hierba sino que hemos olvidado cuánto bien hizo esta planta con nosotros cuando el hambre azotaba en nuestros países ya que es una planta comestible con propiedades medicinales, ligeramente amarga y por tanto colagoga y colerética, muy amiga de nuestro hígado y nuestros riñones con capacidad depurativa. En otros tiempos se usó la raíz tostada para hacer un sustitutivo del café que ya quisiéramos ahora poder tomar. Sus virtudes son innumerables pero este artículo va sobre sus propiedades mágicas.
Semilla viajera
Lo más mágico del diente de león es su semilla. Como sabes, primero sale una flor amarilla de una luz sorprendente y después va tornando hacia una nueva flor llena de semillas con una cola en forma de pelitos (vilanicos o bulanicos, según la tierra que los nombra) y hace que las semillas, con un arranque del viento, vuelen lejos para sembrarse en otro lugar. De esta forma, la planta se expande por muchos lugares. Eso confiere tres virtudes mágicas a esta semilla. Por un lado, al ser una semilla viajera, es talismán para viajeros y basta llevar una de estas semillas cerca de nosotros para protegernos por el camino o incluso para atraer una experiencia aventurera y viajera a nuestras vidas. En segundo lugar, la semilla del diente de león es mensajera porque, si quisieras enviar un mensaje lejos ¿a quién se lo pedirías? A alguien que viaja con frecuencia. Basta con coger una flor de sermillas, pronunciar tu mensaje y soplar sobre la flor para que todas las semillas lleven tu mensaje adonde tiene que llegar. Ese mensaje puede ser a alguien que está en este plano o en otros planos. Puedes solicitar ayuda, protección, invocar ángeles, enviar amor a alguien… todo eso se puede hacer con este acto. En tercer lugar, la semilla de león tiene algo que no tienen las demás plantas, y es la autodeterminación y libertad para expandirse sin necesitar la ayuda de animales y personas para ser sembrada. Esto le da un poder impresionante. Puedes usar la semilla como talismán de libertad.
Planta de poder.
El diente de león, con frecuencia, es una planta de poder. Hay una confusión con el término y se piensa que la planta de poder es la planta alucinógena, la planta maestra. Pero, desde mi punto de vista, la verdadera planta de poder es aquella capaz de crecer en un adoquín, en la pared, en una roca, salir de una alcantarilla o de las ranuras de una piedra y con frecuencia solemos encontrar dientes de león y carquejas saliendo del asfalto con toda su fuerza. Estas plantas tienen mucha fuerza mágica y magnifican su ya de por si potente magia de libertad.
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