El cilantro y el perejil hicieron una apuesta sobre cuál de los dos iba a ser preferido al ser consumido. El perejil decidió ser sencillo y eficaz y el cilantro decidió ser perfecto y con el sabor más especial que pudo desarrollar. Al final ganó el perejil y por eso es de nuestra preferencia en la mayoría de nuestros platos culinarios mediterráneos (aunque me consta que en otros lugares es preferido el cilantro sobre todo en zonas de Latinoamérica cómo hierba y la semilla que, a diferencia del perejil es comestible, se utiliza como especia en países árabes e  India).

Por ese motivo ambas plantas representan la lucha entre la perfección y la eficacia y pueden ser convocada utilizando mágicamente ambas plantas. El perejil se utiliza para buscar resultados rápidos de alguna empresa como por ejemplo un examen, una venta, o unos objetivos marcados  por la empresa para la que trabajamos…

El cilantro, por el contrario, se utiliza para convocar la perfección y por lo tanto puede llevarse de amuleto en eventos, conferencias que se van a dar, espectáculos musicales que vamos a interpretar o de otro tipo de arte. Es el amuleto de los artistas.

Dado que el cilantro trabaja la perfección también puede utilizarse, por el principio de la dualidad mágica, cómo pócima para aquellas personas cuya  perfección les paraliza y no les deja avanzar en sus proyectos.  

Entre las distintas pócimas que podemos elaborar, están las siguientes: 

Vino de cilantro: 

Se encanta el cilantro para el fin deseado y se deja macerado en el vino. Se pueden utilizar hierbas o semillas. Las semillas son especialmente útiles si se busca el éxito de un hijo. 

Pócima «Exito de objetos»

Se utiliza cuando queremos que un producto de nuestra fabricación llegue muy lejos. Consiste en encantar el cilantro (hierba) y hacer una maceración en aceite con laurel y romero también encantados. 

Filtro de éxito:

Es para dar de beber a una persona de la que deseamos su éxito o a nosotros mismos: 

Se encanta el cilantro y se bate con agua y albahaca, se echa un conservante natural, como por ejemplo ron o coñac o bien se guarda en el frigorífico si no se desea que contenta alcohol. Esta pócima se echará sobre cualquier alimento (sopas, gazpachos, cremas de verdura etc…) hasta que ésta se agote. Debe dejarse pasar tres meses para volver a tomarla.