El mundo vegetal se ha establecido con nosotros siendo conscientes de que serían el primer eslabón de la cadena alimenticia. Son parte de esta voluntad y tienen una generosidad innata a portando a nuestra vida la capacidad de curar, inspirar, asombrar, embellecer y atraer además de nutrir. Son transmutadoras

Contienen en sí mismas los cuatro elementos, son alquimia natural. El trabajo con las plantas es la canalización más sencilla que existe porque tienen una conexión con la Voluntad Universal directa, sin necesidad de artificios.

El mundo vegetal tiene una voluntad que responde a la Voluntad Universal pero cada especie tiene una voluntad mágica y cada individuo también tiene su voluntad y cada parte de una planta tiene su propia voluntad, al igual que las células de nuestro cuerpo se van especializando.  En alquimia se consideraba que el espíritu de una planta era su aceite vegetal y el alma estaba más relacionada con el extracto.

Podemos ver que todo eso sólo son simplemente plantas o que son asombrosamente generosas con todos los seres de este planeta. Es nuestra capacidad de asombro, nuevamente la que actúa.

La magia vegetal es muy sutil.  Es tan sutil que puedes no verla y estarías en tu derecho así que tú eliges si deseas ser testigo del milagro o no y sea lo que sea lo que elijas, estará bien elegido porque forma parte de la Voluntad de Dios, la voluntad Divina o Universal.

Aprenderemos:

bendecir y encantar plantas

A comunicarnos con ellas

A enviar mensajes a través de ellas (peticiones, afirmaciones, deseos…)

A alinearnos con la Voluntad Divina a través de la Voluntad Vegetal que no es la única pero sí una de las más hermosas que hay.

A conocer el poder de nuestra intuición

Una vez que empiezas a trabajar con la magia de las plantas empiezas a respetar una parte importante de este planeta, algo gracias a lo cual existimos y vivimos.