El rocío es un agua que se condensa en las madrugadas de la primavera y que tiene un gran potencial alquímico. Se recoge principalmente en el mes de mayo (en España) siendo el rocío de su luna llena el más interesante. Algunos alquímicos actuales opinan que existe una gran diferencia entre el rocío de la luna llena de mayo que el de cualquier otro día.
Antiguamente se recogía colocando paños de lino sobre la hierba fresca. El alquimista de ahora dice que es más eficaz recogerlo con una fregona. Sin embargo hay una planta que hace el trabajo por nosotros: pie de león, una planta silvestre que tiene unas hojas en forma de cuenco que mantiene el agua de rocío incluso cuando ha amanecido.
¿Para qué se utiliza el rocío?
Es el medio en el que se disuelven tinturas alquímicas, es ingrediente de remedios tópicos, cosméticos y otras fórmulas alquímicas. Con el rocío se buscaba lograr una medicina global que sirviera para todo. Se le denominaba «agua celestial o «plata filosofal» y contenía dentro de sí un papel simbólico que dejaba una impronta en los preparados elaborados con rocío.
Se consideraba que el rocío era la condensación del aire, el elemento que está relacionado con el espíritu así que el rocío era considerado precisamente como la condensación del espíritu del cielo o espíritu universal.
El nitre era una sustancia contenida en el rocío del que hablaban famosos espagíricos como Paracelso y eran considerados el alimento del cielo sin andar muy alejados ya que el rocío contiene nitrato de potasio.
El sistema de las flores de Bach, de Edward Bach, tienen su principio en el rocio!
¡Claro! Bach se apoyaba en Hahnemann que a su vez usaba viejas recetas alquímicas.