Dentro de cada planta hay un canal de contacto con el Universo. Las plantas tienen un espíritu individual pero también forman parte de un alma común que se conecta más alla de nuestro planeta. Son capaces de enviar mensajes a una velocidad más rápida que la luz a mundos completamente inalcanzables para nosotros y son un canal limpio, sin las dudas y los miedos que solemos tener los practicantes de la magia. Por eso son una alternativa perfecta para quienes no pueden trabajar con otras energías como la ley de la Atracción, la magia del caos, la wicca u otras prácticas mágicas y espirituales para las que se necesita tener cierta fluidez. 

Perdemos la fluidez por nuestra condición materializada. Para volvernos materia, hemos tenido que transformar parte de nuestra energía y adaptarnos a un “molde” que nos queda pequeño y que es necesario para estar en este mundo. Este molde está regido por una mente que tiene que evolucionar en base a los peligros que experimentamos aquí y por eso nos acompañan miedos, fobias, inseguridades, falta de autoestima…  La magia con plantas se convierte en una forma de expandirnos que ya tenemos pero que hemos “sacrificado” para estar aquí. A través del trabajo druida, expandimos nuestra conciencia. Gracias al curso de Botánica Oculta no sólo descubres una forma de expandir tu propia conciencia y tu poder. También es un camino de crecimiento, tal y como pensaban los alquimistas y nos enseña algo valioso: la importancia de respetar a nuestra Madre Naturaleza. Sólo conociendo el valor real de lo que destruimos sin miramientos, dejaremos de hacerlo.