La magia tan sólo es nuestra capacidad de sorprendernos y de experimentar con nuestro entorno. Cuando trabajamos con la magia de las plantas, nos hacemos uno con ellas, entramos en comunión con su mundo, con sus sentidos y con su espíritu. Abandonamos nuestro egoísmo humano para contemplar la belleza del mundo vegetal. Las plantas tienen una docena de sentidos más que nosotros así que tienen más conexiones hacia el mundo que nosotros. Nos sirven de antenas para conectar con sensibilidades ajenas. Nos abren las puertas hacia mundos que son desconocidos para nosotros.
Y lo más curioso es que no hay que hacer grandes esfuerzos para que esa comunicación se dé. Las personas que trabajan con plantas, aunque sean científicos que sólo fijan su atención en aquello que pueden comprobar, suelen quedar asombrados por lo que las plantas les enseñan cuando simplemente hacen el acto de observar.
El mundo vegetal se ha establecido con nosotros siendo conscientes de que serían el primer eslabón de la cadena alimenticia. Son parte de esta voluntad y tienen una generosidad innata a portando a nuestra vida la capacidad de curar, inspirar, asombrar, embellecer y atraer además de nutrir. Son transmutadoras
Contienen en sí mismas los cuatro elementos, son alquimia natural. El trabajo con las plantas es la canalización más sencilla que existe porque tienen una conexión con la Voluntad Universal directa, sin necesidad de artificios.
El mundo vegetal tiene una voluntad que responde a la Voluntad Universal pero cada especie tiene una voluntad mágica y cada individuo también tiene su voluntad y cada parte de una planta tiene su propia voluntad, al igual que las células de nuestro cuerpo se van especializando. En alquimia se consideraba que el espíritu de una planta era su aceite vegetal y el alma estaba más relacionada con el extracto.
Podemos ver que todo eso sólo son simplemente plantas o que son asombrosamente generosas con todos los seres de este planeta. Es nuestra capacidad de asombro, nuevamente la que actúa.
La magia vegetal es muy sutil. Es tan sutil que puedes no verla y estarías en tu derecho así que tú eliges si deseas ser testigo del milagro o no y sea lo que sea lo que elijas, estará bien elegido porque forma parte de la Voluntad de Dios, la voluntad Divina o Universal.
Aprenderemos:
A bendecir y encantar plantas
A comunicarnos con ellas
A enviar mensajes a través de ellas (peticiones, afirmaciones, deseos…)
A alinearnos con la Voluntad Divina a través de la Voluntad Vegetal que no es la única pero sí una de las más hermosas que hay.
A conocer el poder de nuestra intuición
Una vez que empiezas a trabajar con la magia de las plantas empiezas a respetar una parte importante de este planeta, algo gracias a lo cual existimos y vivimos.